lunes, 29 de noviembre de 2010

ESTRATEGIA E INTERVENCION EN LA TERCERA EDAD

1825 DIAS DE CONSTANTE ENRIQUECIMIENTO HUMANO
A lo largo de todo este tiempo de iniciación en centros para ancianos, la experiencia no puede ser más enriquecedora humanamente. Se han tratado y se tratan con personas humanas. Se ha podido en la mayoría de los casos aumentar la ilusión por algo concreto.

Los primeros días y a medida que ha ido incrementando el número de residentes, nos dimos cuenta de la necesidad de aumentar nuestros conocimientos en esta materia, y también saber enseñar e inculcar a cada uno de los trabajadores.

Marcar un horario o un ritmo de trabajo ayuda principalmente a la hora de estimular a los residentes con distintas estrategias de intervención.


Las mandalas como estrategia de intervención en las personas mayores.

            Las mandalas son una técnica de relajación y no requiere ninguna disciplina expresa, como puede serlo en otras, ya que quien está haciéndolo lo colorea según sus gustos estéticos e imaginativos.

            Estos dibujos les ayudan a la hora de trabajar ya que existen todo tipo y modelos diferentes que se adaptan a sus gustos. Este ha sido uno de los grandes triunfos entre todos los residentes de la Residencia Santa Teresita.


            Tienen ilusión por decorar sus cabeceras de las camas, de colorear dibujos para sus hijos, nietos, para la el propio centro…




·         Dibujos varios
         Todos los dibujos son diferentes, aunque se engloban dentro de distintos grupos, por un lado ya hemos explicado la mandalas en el párrafo anterior y en esta pequeña parte se clasifican en:
            Profesiones, música, alfabetización, animales de agua, tierra y agua, vehículos, frutas y flores, Religión, cultura…
            No se realiza ninguna pintura por mero entretenimiento sino que lo que se pretende es que clasifiquen y sepan que están realizando como actividad.








Perro-terapia como taller para personas mayores


En este taller se realiza una considerable mejora en la calidad de vida de las personas con discapacidad y dependientes, a la vez que significa una garantía para disfrutar y acceder de una forma plena al desarrollo ordinario de la vida, en condiciones de igualdad con el resto de las personas.

OTTO ha sido adiestrado en escuelas especializadas, oficialmente reconocidas, para el acompañamiento, conducción y auxilio de personas discapacitadas.

El programa estará orientado, principalmente, a residentes con problemas de interacción social, con alteraciones del estado de ánimo y a residentes con demencias en fases iniciales y medias. No obstante, cualquier residente que quiera participar en el programa podrá hacerlo como una actividad lúdica más y al mismo tiempo terapéutica.


La persona mayor juega a lo largo de las sesiones con el mismo, le tira pelotas de goma, le peina, le acaricia, el animal se acerca al anciano y se muestra cariñoso, creándose así una relación de compañía que mejora sensiblemente las emociones del mayor.



            El programa es sencillo en los medios, pero con unos resultados muy importantes para los mayores que participan. Ellos han mejorado su actitud anímica y también han adquirido habilidades sociales, como el sentido de trabajar en grupo. Además los participantes más deteriorados física y cognitivamente, han llegado a hablar, a comunicarse con Otto.






Taller de pintura de lunes a viernes

         El centro de día es el principal impulsor de esta actividad, ya que una de las personas (mujer) que viene de lunes a viernes ha realizado exposiciones de pintura a lo largo de su vida. Esta persona ha revolucionado el centro con sus clases a la que todos los residentes siempre quieren participar de dicho aprendizaje.

            Por otro lado también otro residente (hombre) ha pintado durante toda su vida cuadros de forma autodidacta, aporta una gran riqueza a la hora de participar en esta actividad.


PENSAMIENTO  Y FILOSOFIA DEL TRABAJO


            Según el profesor honorario de neurología de la Universidad de Navarra D. José Manuel Martínez Lage, explica en un artículo sobre la enfermedad del Alzheimer que: “Si ya es mayor y quiere prevenir la demencia, fomente su lectura, déle a la baraja y vaya a bailar.”





¿Qué significan para un anciano comodidad y placer?

Pues cosas que ni se nos pasan por la mente a los veinticinco años o a los cuarenta. La sonda gástrica bien puesta, la demencia, las pastillas y el oxígeno a su hora, la comida sin sal... todos nosotros quizá también la necesitaremos en su día, o que alguien le sujete en la ducha o le cambie el suero.

Decimos que el “abuelo” o “abuela” (o los suegros, o los propios padres) son un problema, cuando lo que sucede es que tienen un problema -la vejez lo es, se mire como se mire- y no pueden, por sí solos, enfrentarse a él. No necesitan lástima, ni reflexiones sobre lo mucho que nos han dado o lo bien que convivían antaño unas generaciones con otras, sino soluciones.

Que las ciudades son cada vez más grandes y las casas cada vez más pequeñas es una verdad sólida como las piedras, y lamentablemente irreversible. Pero es que, además, sucede que vivimos -ellos y nosotros- en mundos distintos. El nuestro se llama futuro y a él dedicamos el cien por cien de los afanes (trabajar, ahorrar, estudiar, progresar, hacer planes). El de ellos se llama día a día. Cuanto más cómodo y placentero les resulte, más habremos acertado en la solución.

Para nuestros trabajadores y residentes siempre intentamos explicar una frase célebre de Theodore Roosevelt  la cual dice:

“El mejor premio que ofrece la vida, es con mucho, la oportunidad de trabajar duro en una tarea que merece el esfuerzo”

Y de nuestro tintero intentamos expresarles que no todo es trabajar, eso está claro, pero tienen que darse cuenta que aparte de que en esto “merece el esfuerzo”, todos los ancianos lo necesitan, son personas humanas antes que clientes.




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